En España ha arrancado una cruzada que busca erradicar el símbolo de los cristianos de la vida pública. Se ha perseguido en las aulas y ahora se quieren eliminar sus representaciones monumentales en todo el país, confundiéndolas deliberadamente como simbología franquista. La libertad religiosa, la libertad de pensamiento, derechos fundamentales recogidos por la Constitución Española y tratados internacionales están siendo pisoteadas bajo la excusa de una revancha tardía y trasnochada por lo ocurrido en la Guerra Civil y la dictadura.

La cruz es un símbolo religioso. Representa la fe de millones de personas, nunca a una ideología política, ni mucho menos a un régimen concreto. Bajo su sombra cogemos personas con criterios sociopolíticos totalmente opuestos.

Perseguir y destruir cruces por todo el territorio nacional no es borrar el legado del Franquismo. Es eliminar parte de nuestro patrimonio, es atacar siglos de legado cultural, con sus representaciones artísticas y monumentos. Cada cruz destruida o escondida nos hace un poco más bárbaros, nos separa de nuestras raíces, no nos hace libres ni mejores.

No se puede negar que la dictadura incluyó sus símbología en cruces y otros monumentos cristianos. Con el intento de borrar su simbología y legado, pueden ser retirados sin destruir lo que los soporta. Una cruz de los caídos representa a quienes perdieron la vida de ambos bandos. Son, y deberían seguir siendo, un punto de partida para la reconstrucción de un país partido por la guerra, un símbolo bajo el que unirse como país y para no olvidar nuestros monstruos anteriores.

Por todo ello, ha llegado el momento de decir “BASTA”. #DefiendeTuCruz porque ya hemos visto muchas destruidas o amenazadas en Extremadura, en Andalucía, Galicia, Cataluña, Madrid… Hoy todas y cada una de las cruces de nuestro país están siendo amezadas. Y, con ellas, se persigue al cristianismo. Hoy las cruces, pero ¿qué será mañana? En el Valle de los Caídos, además de querer dinamitar la cruz quieren echar a la comunidad benedictina de allí como parte de su ‘purificación’ pagana.

Firma este manifiesto, que mandaremos al Defensor del Pueblo, pidiendo su intervención para que ampare los derechos fundamentales de los millones de cristianos de España. También se remitirá al Parlamento Europeo y a representantes políticos para que actúen y detengan este atropello.